otsaila 08, 2017

EUSKARAREN ERABILPENA ARRASATEN 1935 INGURUAN


Gaurko ekarpen txiki honetan “Pueblos del País Vasco” aldizkarian “Mondragón” titulupean argitaratutakoaren bigarren eta azken zatia ekarriko dut. Kronika egileak ostera bat egiten du Arrasatetik Leintz Gatzagara 1935 inguruan eta ondoren Arrasaten antzeman zuen euskararekiko giroa azaltzen digu. Nork bere ondorioak atera ditzala, “A. del Dueso” egile ezezagun hark idatzitakoaren inguruan. 

“Nosotros … salimos en una bicicleta de alquiler camino de Santa Agueda (1). En el garaje, para alquilarnos la “bici”, nos obligaron a dejarles en prenda la documentación. ¿Desconfianza? No lo crean ; es que la bicicleta era tan pesada que, discretamente, quisieron despojarnos del peso que nosotros llevábamos encima, como una compensación. Es el caso que pedaleamos hasta llegar, bien cuesta arriba, hasta Gatzaga de Leniz. Es la única vez que hemos llegado al señorial pueblo, la antítesis de Mondragón. Y he aquí lo que en nuestros días les ocurre a los pueblos que son la antítesis de Mondragón: que en ellos la vida se ha paralizado. 

En Gatzaga los edificios son feudales: la aristocracia les sale por los poros. Todas las casas son casa-torres o “jaureguis” estos es, palacios, castillos. ¿Cuándo salió de ellos el último caballero? ¿Lo fue, quizás, Altube (2)? A Altube nosotros le hemos conocido en Gasteiz, con bufete. De porte, y no sabemos más de él, es eso, un caballero. Y como literato, un privilegiado del estilo. ¿Casual? ¡No! Siendo de Gatzaga, tan fina, tan señorial, tan aristócrata en su acepción más pura, si se escribe, se ha de ser como el Altube de Gasteiz, aristócrata. 

Pero en Gatzaga, el representante del anís Goitisolo no pudo vender un garrafón. Por lo visto, el consumo de licor en aquel pueblo era privativo de los días “gordos”, de las fiestas mayores, y nada más. 

De regreso a Mondragón sobrevino la decepción: pueblo de mujeres bonitas, de bellezas incomparables, son mujeres que nos daban grima. En ellas lo vasco está en lo inevitable, en sus venas, en su sangre, en su ser; pero no en sus afanes. Hablan pésimamente el castellano y han olvidado el euskera. ¡Desgraciadas! 

Hemos asistido a verdaderas tragedias. Chicas de Mondragón que no se entienden con sus padres porque estos no conocen más lengua que el euskera, que ellas desprecian, mientras no saben, sino muy  mal, el castellano. ¿Ocurre esto en algún pueblo más? Quizá, pero no por eso deja de ser una gran desgracia. 

En tertulias entre mozas y chicos he aquí algo pintoresco: ellos hablan el euskera y ellas contestan en castellano. Estamos, pues, en vísperas de leer el siguiente anuncio en “El Pueblo Vasco” de San Sebastián: “Señorita de Mondragón necesita intérprete vasco-castellano para traducirle la conversación con su novio. Será bien remunerado” 

¿Para qué decir más? ¿No es ésta toda una crónica de un pueblo? A. del Dueso”

Eta nik ezin dut gaurko hau amaitu beste galdera bat egin gabe: A. del Dueso, objetiboa izan al zen bere iritzian? Hasteko, ez dakigu nor ezkutatzen zen deitura haren atzean.




 (1)    Santa Ageda jartzen du, baina ezezkotan nago, Gatzagara joateko ez baita Arrasateko auzo hartatik igaro behar.

 (2)    Gregorio Altube notarioari buruz ari da.


Argazkiak: Pueblos del País Vasco aldizkarian

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